Así terminó aquel episódio de nuestro paso por l'Agrupament Escolta Rabindranath Tagore. A partir de aquel día iniciamos una nueva etapa.
Al cabo de unos días, nuestros compañeros de unidad Lali y Rafa, nos plantearon que quizás nos habíamos precipitado en nuestra marcha, que sus padres les habían hecho reflexionar y que seguramente sería mejor olvidar lo pasado y continuar tal como estábamos antes del problema acontecido. Jordi y yo, comprendimos su postura, aunque no la compartíamos y les dijimos que eran completamente libres de hacer lo que creyeran conveniente, pero que nosostros seguiríamos adelante con la decisión tomada. De esta manera, nos encontramos los dos solos con 40 niños en la calle, sin saber donde podríamos reunirnos en el futuro.
Afortunadamente, este desamparo duró unos pocos días, ya que los padres de una niña, los señores Altés, eran propietarios de un local en la calle de Murillo de nuestro barrio; tenían un almacén de confección de flores artificiales, y nos ofrecieron dicho lugar, para que provisionalmente lo utilizáramos como centro de encuentro y reunión.
Así seguimos adelante. Lo primero que decidimos en asamblea, fué el nuevo nombre que daríamos a l'agrupament. Así que volvimos al inicio de toda esta historia, ya que reanudamos nuestra actividad con el nombre de Agrupament Escola Isidre Llussá (como hemos dicho con anterioridad, timbaler del Bruch).
Continuamos con nuestra unidad de Rangers, a la que se unieron otros "Caps"; se formó también una unidad de "Pioners", así como una de "Llops". El centro creció, ya que niños que quisieran participar nunca nos faltaron. Encontramos un nuevo local de reunión, y siempre agradecimos a los señores Altés el favor que nos hicieron en su momento.
El tiempo transcurrió sin más complicaciones.
Ya hacía casi dos años que Jordi había regresado de cumplir el servicio militar, tenía 23 años y yo 21. Empezamos a hacer planes para el futuro, pensábamos casarnos en poco tiempo. Hay que tener en cuenta, que en aquellos años de finales de la década de los 60, la gente se casaba mucho más joven que en la actualidad y nosotros ya llevábamos algo más de cinco años de relación y creíamos que había llegado el momento de pensar un poco en nosotros mismos, ya que habíamos dado mucho de nuestro tiempo, a aquellos niños que se iban convirtiendo en adolescentes y ahora nos debíamos el uno al otro. Así fué que poco a poco fuímos dejando en manos de otros compañeros nuestra unidad, y fué en un campamento de verano en Vidrá comarca del Ripollés, cuando dijimos adiós por completo a nuestra vida activa de "escoltas" (scouts), aunque tengo muy claro, que toda aquella filosofía de vida y todos los sentimientos que crecieron en nuestro interior, gracias a aquellos años de juventud, en que formamos parte de este movimiento que es el escultismo, han formado parte para siempre de nuestras vidas y tanto Jordi como yo nos sentimos orgullosos de éllo.
No quisiera cerrar este capítulo, sin dejar de mencionar los nombres de algunos de aquellos niños; seguramente me olvidaré de otros y espero no me lo tengan en cuenta, estoy segura que comprenderán que el paso del tiempo no es infalible.
Recuerdo con todo mi cariño a... Maria Laverny, los hermanos Carlos y Jaume Carreras, Ramón García, Ramón Simón, Rosarín, Roser, Conchita Santander, Nuri Rodríguez, Angel Jordana, Rafa, Josep Mª Tintorer, Isabel Cramp, Toni (tatía), Pau Oliva, Josep MªCaixés, Sergi Doménech, Montse Altés, Isabel y su hermana de la calle Murillo, Joan Sistané, Marisa... De muchos no recuerdo el nombre, pero es verdaderamente cierto que por siempre me acompañan sus caras. Siempre les agradeceré que consiguieran hacerme jugar, han sido los únicos niños aparte de mis nietos que lo han conseguido. Gracias por siempre.
La Maria Laverny també la recordo molt petita en unes colònies a Tavertet on La Neus Monner i jo érem monitores.
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