jueves, 25 de marzo de 2010

Los niños y niñas que formaban nuestra unidad, tenían entre 12 y 14 años; la mayoría aún estudiaban, pero había algunos que ya trabajaban. Su temperamento era inquieto, por tanto, las actividades se centraban mucho más en cosas manuales y prácticas, en lugar de charlas y cantos, que les aburrían y a nosotros nos costaba mucho más entretenerlos. Por este motivo, crear la decoración de nuestra propia sala de reuniones, sirvió desde el principio como gran aliciente para mantener su interés durante todo un curso.


Ellos mismos aunque con nuestra ayuda, confeccionaron un proyecto de decoración. Carlos Carreras era aprendíz de carpintero, Ramón García aprendíz de lampista, otros entendían también de electricidad, las chicas ayudaban en la pintura de las paredes... Así de sábado en sábado, aquella sala tan fea que vimos el primera día, se convirtió poco a poco en un lugar acogedor y simpático. Las paredes menos húmedas las pintamos de color blanco, y las otras las forramos con tela de saco (arpillera). Desde media pared para abajo, hicimos un arrimadero de madera de tronco, así como unos bancos con soportes de cemento y el asiento de madera. También decoramos la sala con posters de aquella época. Cada uno de nosotros colaboró en todo lo que sabía hacer y sino, se ayudaba a limpiar lo que otros con su trabajo ensuciaban.


Para financiar el coste de todo el material, organizamos sorteos y algunos padres también nos ayudaron económicamente con lo que pudieron. Las salas de reunión de los otros grupos se iban organizando, pero la nuestra, al menos para todos nosotros era la mejor; su arrimadero de tronco, le daba un aire rústico increible. Así llegó el gran día de la inauguración, todo el local estaba a punto para recibir a la mayoría de padres y niños, niñas y jovenes de todas las unidades... Llobatons de 8 a 11 años, Rangers de 12 a 14 años, Pioners de 14 a 16 y Clan de 17 en adelante.




Aquel día fué para nosotros un poco peculiar, ya que con toda nuestra buena fe, Lali, Rafa, Jordi y yo misma, no nos habíamos apercibido de que a nuestro alrededor y por parte de algunos compañeros "Caps" de otras unidades, se estaba tejiendoo una especie de crítica-conspiración, derivada de la opinión que tenían acerca de nosotros. He de aclarar que la mayoría de los otros "Caps", eran muy intelectuales, casi todos estudiantes universitarios, y nosotros cuatro, trabajabamos y hacía tiempo que habíamos dejado de estudiar. Éllos ocupaban su tiempo haciendo reuniones maratonianas, filosofando sobre cualquier tema, y nosotros teníamos un sentido más práctico de las cosas, poniéndonos manos a la obra de inmediato en cualquier proyecto. Está claro que en l'agrupament había dos criterios opuestos, pero que por parte nuestra no eran insalvables; éramos conscientes de que éramos diferentes, pero nunca hubiésemos imaginado que éllos pudieran intentar poner en nuestra contra a los padres de nuestros "rangers", alegando que no los educábamos correctamente, diciéndoles también que no teníamos ningún interés en prepararnos a nivel personal para desempeñar mejor nuestra tarea educativa con respecto a éllos.


1 comentario:

  1. Entenc molt bé aquests sentiments, en aquella època la gent humil amb inquietuds no ens trobàvem ben ubicats enlloc, els 'intel·lectuals' eren molt elitistes.

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